El tamaño sí que importa
9.750 gotas de vino son la que caben exactamente en la botella estandar de vino. La botella más pequeña, la que se ofrece en los aviones, alberga tan sólo 18,75 centilitros; la mayor tiene un nombre grandioso, Nabucodonosor, acorde a su capacidad para almacenar quince litros. En medio, una amplia gama de formatos. Respetando aspectos funcionales de conservación del caldo de la uva (estudios enológicos demuestran que la evolución del vino es más lenta cuanto más capacidad tenga la botella), pero teniendo en cuenta el contexto global decreciente del consumo de vino (según Nielsen, en el 2007 la venta de vino en España ha tenido un descenso global de un 1%), desde mi punto de vista, el sector del vino tiene una oportunidad de adecuar la oferta a la demanda y por qué no, a introducir a nuevos consumidores, especialmente a los jóvenes. ¿Cómo?