Vaya lío de tías
He de reconocer que soy un adicto a las tías, Mildred, por supuesto, pero últimamente estoy un poco desconcertado. Resulta que en mis constantes visitas al Hiper y después de la compra de los alimentos básicos para una dieta sana y equilibrada, la inercia por el disfrute del paladar me lleva al lineal de pasteles, bollería, etc …, me paro, busco en la balda superior y termino metiendo en el carro un rico pastelito de mantequilla de mi adorada tia Mildred. Así, desde hace tiempo.
Ahora, este ejercicio, ya no es posible, y no porque los kilos hayan cambiado mi fisonomía. Este ritual que venia realizando desde hace años, incluso mis más allegados sufren ya de la misma adicción, sufrió un coitos interruptus, que me ha sumido en una ligera depresión.
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